Enseñar a observar con criterio

El microscopio está en el aula, pero su presencia no garantiza su uso didáctico. Y mucho menos, su uso con intención.

Trabajando con docentes y estudiantes, confirmé algo que ya intuía: observar no siempre implica comprender. Utilizar el microscopio no asegura, por sí solo, que haya aprendizaje. Hace falta acompañamiento, consignas claras, materiales adecuados y, sobre todo, dedicarle tiempo.

He visto prácticas en las que se mira sin saber qué buscar. Preparados sin contexto, observaciones sin guía, actividades donde el microscopio se convierte en algo vacío. Frente a eso, propongo otra forma: enseñar a observar con criterio y acompañamiento.

Observar con criterio es buscar relaciones, interpretar formas, identificar patrones, vincular estructura y función. Es enseñar a detenerse, registrar, comparar, preguntar. Y eso se enseña y se construye, no se improvisa.

Por ejemplo, en uno de los talleres trabajamos con raíces de ajo para observar células en diferentes fases de la mitosis. Más allá de elaborar el preparado, la consigna fue clara: ¿en qué parte del tejido conviene enfocar para encontrar células en división? ¿Qué forma o características tienen estas células en comparación con el resto? ¿Cómo identificamos las distintas fases? Al observar a partir de estas preguntas como base, la observación y el reconocimiento de las células fue eficaz. Las docentes aprendieron a reconocer las zonas meristemáticas, a distinguir entre células en interfase y en mitosis, y a preguntarse por qué algunas fases aparecían más que otras. El preparado ya no fue solo un preparado, sino una herramienta para pensar procesos biológicos reales.

Esta simple comparación muestra cómo cambia la experiencia cuando se observa con intención (Ver figura 1)

Figura 1

Cuando los materiales están bien preparados, cuando la consigna orienta y cuando se invita a mirar con sentido, el microscopio se vuelve un recurso valioso. No se trata solo de ver estructuras, sino de comprender lo que representan.

El microscopio es el instrumento que nos permite hacer visible lo que parecía abstracto. De traducir lo biológico a lo comprensible. De promover un aprendizaje significativo.

El uso del microscopio como herramienta pedagógico-didáctica, requiere técnica y planificación, sí. Pero también intención. Porque, cuando la técnica se vuelve didáctica. La estructura, comprensible. El contenido, significativo.

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